viernes, noviembre 07, 2008

Un cambio importante en mi vida


Hola,

Cuánto tiempo sin escribir nada, ¿verdad? Tranquilos porque ahora os compensaré con uno de esos artículos, que espero que cuando lo leáis, os hagan plantearos cambios en vuestra vida.

¿Alguna vez habéis pensado cambiar algo de vuestra vida y no habéis podido? Seguro que sí, o eso espero, ya que yo llevo un tiempo intentando cambiar algo en mi vida. Sinceramente, os tengo que decir que no me aplico mucho en cambiarlo, pero lo que si noto es que necesito hacerlo. Por culpa de eso, pierdo mucha gente a la que quiero. Me da miedo que vayan pasando los años, porqué sé, que si sigo así, me quedaré solo.

Siempre he sido una persona que ha tenido bastante suerte con las chicas. Bien, no es sólo suerte, sino que también he sabido poner de mi parte, para que eso sea así. Me refiero a que hay que currárselo… y yo, la verdad, es que tengo bastante labia y le echo un morro… Todo eso está muy bien, pero el problema viene cuando esas chicas son amigas, pero amigas de las que quieres de verdad. Está claro, que no les quieres hacer daño, pero a veces, sin querer…

La otra preocupación es saber que soy una persona poco fiel y que para mí supone un problema. Tal vez para vosotros pueda ser fácil dejar de serlo, pero para mí no lo es, se me hace tan difícil…

Siempre que conozco a una chica soy el típico hombre que primero analiza cómo es la chica que tiene delante… intento saber lo qué le gusta, lo qué detesta, intento fijarme en todos los detalles… si se corta el pelo, si se pinta… Para que me entendáis, que siempre estoy atento a todos los detalles. Además, siempre intento ser divertido para hacerla reír. Y por supuesto, como no, la mirada. La mirada es uno de los puntos fuertes en el arte de la seducción. Yo suelo mirar con segundas y sobre todo mirar fijamente a los ojos, pero sin llegar a molestar. Lo que he explicado, no creo que sea un problema, la pega es que actúo así con todas las mujeres. Sin darme cuenta, empiezo y acabo tratando a todas las mujeres de la misma manera y eso, no está bien.

Por ejemplo, ahora tengo una amiga que no podéis ni imaginaros cuánto la quiero… Es una persona que me ha demostrado una amistad verdadera. Una amiga de verdad, una persona que en todo el tiempo que llevo aquí, no me ha fallado nunca. Ella siempre ha venido a verme, nunca me ha faltado una carta suya, … Puede ser que vosotros lo veáis poca cosa, pero estando aquí dentro, eso se valora tanto… son casi 4 años. Realmente, antes de entrar aquí no me llevaba muy bien con ella, pero estando aquí dentro me ha demostrado muchísimo más, que mis amigos de toda la vida.

Parece que hasta aquí, todo bien, pero el problema ha llegado cuando he empezado a salir de permiso, ya que fue salir y enrollarme con ella. Cada vez que he salido he estado con ella y me ha encantado, no lo cambiaría por nada en el mundo, lo volvería a hacer.

Todo lo que ha pasado, ahora, nos está pasando factura… yo he acabado bastante tocado y supongo que enamorado… o al menos tengo todos los síntomas para estarlo… y creo que ella también. Lo que pasa es que no podemos estar juntos, pero no por ella, ya que ella es una bellísima persona. El problema soy yo, porque sé, que le voy a acabar haciendo daño y aunque parezca mentira, es la primera vez en mi vida que estoy preocupado por no hacerle daño a esta persona.

Mirar, en realidad, he tenido novia durante 6 años… la quería mucho, pero no sé por qué, siempre la engañé.

Con esta chavala, es distinto, me da tanto miedo hacerle daño…

¡Siempre actúo con las chicas de una manera que no es la correcta! Tranquilamente, esta amiga y yo podríamos haber seguido siendo amigos, pero resulta que no sé mantener una relación únicamente basada en la amistad. Siempre acabó buscando algo más y luego siempre acabo estropeándolo.

Me paro a pensar y sé que debo cambiar y creéroslo, ¡ahora mismo, es lo que más deseo! Me encantaría poder estar con ella y hacerla feliz, pero sé que eso no pasará. Aunque yo quisiera y me lo propusiera, al principio sería todo muy bonito, pero a medida que pasara el tiempo, la acabaría engañando. ¡Eso no me lo perdonaría en la vida! Y, lo peor de todo, es que sé que esto, siempre me pasara.

Intento cambiarlo, pero me cuesta tanto… me doy cuenta y me da por pensar, que siempre estaré solo. Sinceramente, eso tampoco me apetece.

¡Debo cambiar mi forma de ser al relacionarme con mis amigas! No quiero hacerles daño a las amigas que vaya teniendo a lo largo de mi vida. No sé cómo explicarlo, tal vez no deba ser ni tan gracioso ni adulador, espero que me entendáis.

No sé, sea lo que sea, debo cambiarlo. Resulta curioso, tantos años de mi vida siendo así, y tiene que llegar esta chica para hacerme pensar en lo que realmente quiero en la vida. Nunca pensé que me vería pasándolo mal por mi propia manera de ser.

Espero, que cuando leáis esto, no lo interpretéis como que soy una persona sin sentimientos y sin escrúpulos, aunque tal vez os dé pie a pensarlo. Lo que yo me pregunto es si nunca podré cambiarlo. Pero no pasa nada, ya lo tengo asumido.

Por ese motivo, lo escribo para que sepáis que me he dado cuenta que no debo ir por ahí, intentando enamorar a mis amigas y luego no comprometerme a nada. Esta vez, espero hacerlo bien. Por eso prefiero echarla de menos, que ella esté feliz y seamos buenos amigos.

DUE

lunes, mayo 05, 2008

Tomar decidiones

A todos los amigos del blogger… perdonen la ausencia de estos meses, pero no me he encontrado muy bien. Soy el Peke. Le he dado vacaciones aquí a mi compañero el Due, que es el que se ha encargado de hacer casi todos los artículos del blog. Nuevamente ya estoy con ustedes…

En la vida, el tomar decisiones le cuesta a todo el mundo. Debe ser, no por el hecho de tomar la decisión en sí, sino por el hecho de no saber con exactitud la consecuencia que esa determinación puede significar. Realmente, al tomar la decisión debemos ser concientes de lo que queremos para nosotros. Por ese motivo, luego hay que ser consecuente con lo que suceda.

Cuando tomamos un camino que desconocemos, nos preguntamos: ¿Será la mejor vía? ¿Qué gano yo con esto? A veces, nos sale todo a pedir de boca, pero otras veces, nos metemos en unos fregados, que no sabemos ni cómo arreglar.

Normalmente, cuando hemos tomado una decisión no somos conscientes de si terceras personas salen afectadas o beneficiadas por nuestra acción. Nunca nos paramos a pensar en esas cosas, sólo pensamos en nosotros mismos.

Otras veces, nos responsabilizamos de asuntos que no nos corresponden, pero que sin embargo hacemos nuestros por quedar bien con otras personas. En otras ocasiones, nos responsabilizamos de asuntos que no nos pertocan, porque nos sentimos capacitados para hacerlo, aunque en realidad no lo estemos.

La influencia y los consejos de otras personas, en determinados momentos, nos juegan malas pasadas. Debe ser que en realidad en esa situación no era la influencia correcta para tomar la decisión. De todos modos, siempre hay que contar con el apoyo de alguien, ya que en momentos nos puede dar un mal consejo, pero afortunadamente, en muchas ocasiones, nos ayudan a tomar la decisión correcta.

Frente a todas estas situaciones, lo que debemos hacer es empezar a analizar todo desde el comienzo y encontrar el origen del problema. Se debe ir repasando todo lo que supuestamente salió incorrecto y tratar de buscar una salida, intentando no perjudicar a nadie.
A veces eso es imposible, ya que se mire por donde se mire siempre sale alguien perjudicado. Eso me molesta mucho, ya que no se puede evitar. En esos momentos sólo queda callar.

viernes, febrero 29, 2008

Un día cualquiera…

Hola de nuevo, seguidores de mi blog… Hoy es uno de esos días en los que se nota una tensión extraña aquí dentro. Se nota que ha pasado algo, o que va a pasar. Normalmente, cuando se respira esa sensación, es porque nada bueno sucederá. En esos momentos, suelo pensar que me gustaría estar en otro lugar, porque aunque la cosa no vaya conmigo, puede ser que afecte a alguien cercano a mí. Entonces, quieras o no, ya tengo un problema. Esas situaciones se sabe cómo empiezan, pero no cómo acaban. Seguramente, terminas con más problemas de los que ya tenías.

La gente te dice que no te metas en líos, que aquí dentro, uno entra solo y sale solo. Hasta cierto punto eso es cierto, pero con el paso del tiempo, personas que al principio tal vez no eran tus amigos, lo acaban siendo. Ellos están en la misma situación que tú y cuando te hace falta algo o tienes algún problema, son ellos los que están ahí. Así es que, cuando les pasa a ellos, ¿qué vas a hacer tú? Pues habrá que dar la cara, ¿no? ¡Igual que estamos para las buenas, habrá que estar para las malas! Realmente, tal vez no quieras, pero…

No es que yo sea un santo, pero tampoco quiero líos. La verdad es que tengo miedo a mi reacción, porque en esos momentos no pienso. Lo que se podría quedar en una simple discusión, puede terminar en una gran reyerta y las consecuencias pueden ser unos para la fase de aislamiento y otros de conducción a otras cárceles. Hace tiempo, me tuve que ver en esa situación un par de veces y, sinceramente, no me gustaría volver a estar en ese punto. Por eso, siempre intento controlarme. Para lograrlo, pienso en la gente que quiero. Me refiero a la familia, pero aquí dentro también hay gente a la que he llegado a querer. La verdad que no sé muy bien cómo, pero poco a poco, sin darme cuenta, han ido cambiando mi manera de ser. Me han hecho pensar antes de actuar y, aunque no siempre lo logro, al menos lo intento.

¿Queréis qué os diga una cosa? Todo esto que os explico es porqué, el otro día, estaba viendo una serie de televisión (no importa demasiado su nombre), que me hizo pensar en unas cuántas cosas. La cuestión, es que el chico protagonista le dijo a la chica de la que está enamorado, que ella le hacía ser mejor persona. En el momento que lo dijo, pensé que tenía razón. Él intenta ser mejor persona por ella. Pero bueno, tampoco le di mucha importancia.

Al día siguiente, una chica que trabaja aquí, me dijo que viendo la serie, justo cuando el protagonista dijo esa frase, se acordó de mí. Debió ser porque yo tengo la suerte, aquí dentro, de tener a alguien que me hace ser mejor persona. En el momento en que ella me lo dijo, fue cuando verdaderamente le di importancia a la frase. Pensé que gracias a la persona de la que os hablaba antes, me evito muchos problemas. Además, hace que la estancia en el centro, se me haga mucho más agradable. ¡No sé!, es algo que antes no sentía y ahora sí. Intento ser mejor para que esa persona se sienta orgullosa de mí. Tal vez sea porque se preocupa por mí. Sólo con verme, sabe si estoy mal o me ha pasado algo. Siempre me pregunta: ¿cómo estás? ¿qué haces? ¿todo bien? No sé, cosas que hacen que uno se sienta querido. Ya veis, una pregunta tan simple como ¿qué tal estás? Realmente, depende de quién venga, te hace sentir tan bien… Supongo que será porque aquí dentro, los días son tan iguales…, no ves el mundo exterior y a veces te apetece que alguien te pregunte cómo te sientes. Se supone que aquí, se rehabilita a las personas. Entonces yo me pregunto, por qué un día cualquiera, no viene nadie y te pregunta qué tal estás de ánimos. No sé, con ver un mínimo signo de interés, bastaría.

Aquí dentro, puedes tener mucha ansiedad. Hay días que se hacen eternos y noches enteras en las que no puedes dormir. Te invaden los recuerdos y la nostalgia se hace insoportable. Demasiados días de bajón en los que nadie, de los muchos profesionales que trabajan aquí, se molesta en preguntarte si te pasa algo. Únicamente, se preocupan de decirte lo que tienes que hacer y echarte bronca por si empiezas a flojear en las actividades. Nunca se paran a pensar que puede ser que a uno le pase algo, porque lleva mucho tiempo sin salir. No sé, supongo que es lo que toca, que le vamos a hacer…

Yo tengo a alguien que me apoya y me levanta el ánimo. No hace falta que haga muy bien mi trabajo (aunque según ella, muchas veces lo hago), porque esa persona, siempre está ahí. Y como no, también os tengo a vosotros, que me hacéis estar muy contento, ya que con vuestros comentarios me ayudáis bastante.

Considero que soy una persona afortunada, ya que si todos los internos tuvieran a alguien que se preocupara por ellos, las cosas les irían mejor. No pasarían por malos tragos ellos solos y se evitarían problemas. Seguro que más gente saldría rehabilitada.

Hoy, es uno de esos días, en los que alguien debería preguntarle a determinados internos qué les pasa. Pero bueno, eso no pasará. Seguramente, todo acabe empeorando para ellos. Lo único que espero, es que si acaba mal, al menos les sirva para aprender algo. Siempre que me pasa algo, luego reflexiono y pienso qué si hubiera actuado de una manera distinta, las cosas hubieran salido mejor. Cuando te pones a analizar lo qué ha pasado, vas aprendiendo y lo que tienes que intentar es ponerlo en práctica, porque si la siguiente vez que te ocurre algo, actúas a lo loco y sin pensar, no habrá valido de nada el hecho de reflexionar.

Pensar que si esa persona me ha ayudado mucho a cambiar, es porque yo he puesto de mi parte. Quiero decir que aunque alguien se preocupe por ti, no es suficiente, ya que tiene que ser uno mismo el que quiera cambiar.

Realmente, todo esto es muy complicado. Espero que cada uno sepa cómo debe de actuar en cada momento. Espero que os guste mi artículo y que tengáis a alguien con quien contar en los malos momentos.

martes, febrero 05, 2008

Estamos solos o solamente aislados


Hola, ¿hay alguien ahí, o estoy solo? No, seguro que seguís al otro lado del monitor. Espero que sigáis así siempre. Os digo esto, porque hoy os voy a hablar de la soledad que siento al estar encerrado.

Sé, que cada uno, ve la soledad de una manera distinta, pero aquí dentro casi todos la sentimos del mismo modo. Echamos de menos las mismas cosas: la familia, la libertad, los amigos,… En muchos momentos te encuentras solo y si no es así, intentas buscar esa soledad que, aquí dentro, hace falta de vez en cuando. No sueles tener intimidad, porque nunca estás solo, pero al mismo tiempo, siempre lo estás.

Yo suelo encontrarme solo muchas veces, pero además, en ocasiones, busco estarlo… Sobre todo cuando escribo y escucho mi música.

Cuando estoy escribiendo, sobre todo si hablo de sentimientos, me pongo la música para poder concentrarme. Cuando estoy con gente, se me hace imposible escribir. Cuando escucho la música pienso con más tranquilidad y puedo desconectar de todos los ruidos de aquí… que si el ruido de las llaves de las celdas, que si el timbre, que si las broncas y los chillidos… Es una sensación que te acaba saturando. Para colmo, llegas a la celda y tienes a tus cuatro compañeros echando una partida al parchís y chillando como locos… así es que acabas cogiendo los cascos y poniéndote la música. En ese momento es cuando consigues liberar tu mente.

Empiezas a pensar y te imaginas cómo será todo cuando salgas. ¿Cómo habrán cambiado mis amigos? ¿Seguirá todo igual que cómo cuando lo dejé? Sabes que eso es imposible, pero cuando te da por pensar…

Me imagino mucho de fiesta (algo que me encanta), aunque depende de lo que esté escuchando, porque si escucho música de la fiesta, es normal que me entren ganas de salir. Si lo que escucho es rollo amor, pues me da por pensar en la familia o en las chicas (que suele ser muy a menudo).

Lo que pasa es que aunque sea muy bonito pensar en lo de afuera, muchas veces esos pensamientos te hacen sentir más solo. Te das cuenta de que cada día lo ves más cerca, pero no lo puedes tocar. Entonces, intentas dejar de pensar, pero no puedes, porque en realidad quieres seguir pensando en tu vida en la calle. Lo que realmente me molesta de estas situaciones es que encima, no puedes desconectar de ninguna manera, ya que aquí no me puedo bajar al bar con los amigos para no pensar.

La verdad es que aquí cuando desconectas, te das cuenta que para lo que hay fuera de tu mente, mejor estar solo en tus pensamientos. Pero cuidado con eso, puede resultar muy peligroso. ¡Que sepas que puedes acabar loco! Dicen, que las 3 necesidades básicas del ser humano para sobrevivir, son la nutrición, la reproducción y la comunicación. Por lo tanto, ¡hay que relacionarse con los demás! Parece una tontería, pero si alguien de nosotros nunca se comunicara, no aguantaría ni un mes cuerdo.

No todo el mundo es capaz de soportar esto… A veces, veo a personas, que en la calle eran muy vivas, y al entrar aquí se vuelven muy reservadas… por no decir, que acaban medio locas. Algunas de ellas, acaban en la unidad de enfermería y siempre quieren estar en soledad…

Espero que nunca me pase algo así, porque aunque la gente que me conoce, pueda pensar que eso a mí no me pasa, sólo hace falta tener unos cuantos problemas, y no poder hacer nada para solucionarlos. Eso hace que te desesperes por salir, y la desesperación provoca ansiedad… y ese es el principio de tus comidas de cabeza. Y eso no es todo, porque piensa, que puede ir a peor.

La gente que intenta ayudarte, suele decirte: tómatelo con calma, tranquilo, ya queda menos,… pero me gustaría que por unos segundos sintieran lo que es estar encerrado en un lugar, sintiendo lo que sentimos y no poder hacer nada. ¡Cuando uno vive el problema, que difícil es la solución y que fácil resulta dar consejos para el que lo vive desde fuera! En realidad, ¿qué te van a decir?... si las personas no se imaginan lo que es pasar por esto.

Pero sea como sea, hay que intentar relacionarse con los demás y no guardarse los problemas para uno mismo. Hay que tratar de compartirlos con alguien de confianza. Eso libera mucha tensión y te hace sentir mejor. Espero que nunca os sintáis solos y que os guste mi nuevo artículo.

Hasta la próxima

DUE


jueves, enero 17, 2008

Si no hubiera información del exterior…

Después de haber participado en la videoconferencia del SEDIC, estuve pensando en lo que me pasaría si no tuviera información del exterior, y vaya… Quiero que sepáis que no suelo escribir artículos para nadie, ya que mi talento es mío, pero bueno… ya que las Jornadas del SEDIC lo merecen, haremos una excepción. Aprovechando que este año han hablado sobre información y difusión, os contaré un poco de dónde saco la información aquí dentro.

Bueno, la verdad es que yo no leo mucho la prensa, pero si no llegara a la biblioteca, no nos enteraríamos de muchas de las noticias que suceden en el exterior. Creo que en el Telediario no explican realmente todo lo que sucede.

Como he dicho antes, yo no leo mucho la prensa, pero si es verdad que cada día cuando entro en la biblioteca, lo primero que hago es ojear el periódico. Entonces, cuando veo algo interesante, lo leo. Os tengo que ser sincero… Normalmente, lo que yo encuentro interesante, nunca sale en las noticias. Por ese motivo, para mí, es importante que haya prensa. La mayoría de personas que estamos aquí, queremos leerlos porque necesitamos saber qué pasa fuera.
Aparte también me gusta ver las revistas como 40 principales, Fotogramas o Rolling stones ya que me interesa bastante las últimas tendencias y novedades musicales, la moda y el cine. ¡Bueno! lo de la moda es más que nada, porque me fijo en las chicas…

Si me quitaran “El Interné”… bufff. ¡Yo no sé lo que haría! Sin acceso a la Red me sentiría encerrado. Siempre que quiero saber algo, lo miro en Internet. Aparte de mirar información, también lo utilizo para ver a conocidos, etc. Tengo colegas en la calle que cuelgan vídeos del barrio, de amigos, no sé, de cosas que me interesan. Cuando puedo los miro y así voy viendo como cambia la gente y el barrio. ¡Ah!, y como no, me quedaría sin mi blog.

En realidad, para mí, el blog es como un amigo con el que desahogarme. Yo no soy de hablar, pero con el blog es distinto. Me pongo a escribir y me desahogo, desconecto de este sitio tan triste. Ha habido alguna temporada en la que no hemos tenido Internet y… ¡que rayazo! Deseaba que hubiera pronto, para poder ver de nuevo mi blog y los comentarios de mis lectores. También para escribir algo nuevo en mi bitácora, que si no los lectores, por lo que dicen en sus comentarios, se impacientan.

Es cierto que tenemos correo convencional y el teléfono, pero no es lo mismo. Cuando llamo, sólo puedo estar 8 minutos hablando. Con eso no da tiempo a que mi familia y mis amigos me cuenten todas las novedades. Normalmente, las conversaciones telefónicas son para saber cómo estás, cómo están ellos, si esa semana uno tiene “vis-vis”. ¡Vamos! son conversaciones más personales. Con las cartas tampoco me desahogo como me gustaría, ya que cuando escribes siempre te diriges a alguien. Eso hace que muchas de las cosas que te gustaría explicar, te las guardes. Imaginaros por un momento que le escribo a mi hermana una carta y le escribo uno de los artículos de mi blog, por ejemplo “Odio amarte”. Pues como que no, porque cuando la llamara, me diría que sí, que muy bonito, pero que ella lo que quiere es saber como estoy. Además, no podría ponerle una cosa así. Por ese motivo, los cuelgo en el blog.

Después de todo lo que he escrito, espero que no se les ocurra nunca quitarnos lo poco que tenemos a la hora de comunicarnos y conocer lo que pasa en el exterior. Más bien creo que tendría que ser al contrario. Deberían dejarnos chatear y poner nuestras fotos en un fotolog, pero bueno… Algún día ya se darán cuenta de que el uso sin restricciones de Internet, tampoco es para tanto.

DUE

viernes, octubre 26, 2007

Una pequeña grandeza

¡Ya he vuelto! ¿Qué pasa lectores, cómo han ido las vacaciones? La verdad es que no tengo un tema concreto del que hablaros, pero es que…

El otro día tuve un vis-vis con mi hija y me dibujó un sol. Ella me dijo que lo quería ver en el ordenador. Por eso os he colgado ese dibujo, que es de mi pequeño sol. No por ese motivo os hablaré de soles, pero si de la ilusión que me hizo ese dibujo. No por el sol en si, sino por lo que representa para mí un sol. ¿Qué representa para vosotros un sol?

Para mí significa lo siguiente: felicidad, un buen día, calma… Cualquiera de esas cosas es bonita y, si mi hija viene a verme y me dibuja un sol, quiere decir que está contenta y que es feliz. Ella sabe que eso es algo bonito y me lo da con mucha ilusión. A quién no le gusta un día de sol… Siempre que quieres hacer un viaje o una excursión, esperas que haga un buen día de sol. ¡Piénsalo!

Otra de las cosas que mi hija siempre me dibuja, son las palmas de sus manos. ¡Es una cosa que le encanta! A mi me hace pensar mucho, aunque se me hace complicado explicaros bien lo que siento al verlo. Supongo que es como eso que dicen del lenguaje no verbal. Hay teorías que dicen que si hablas con la palma de la mano hacia arriba es que eres totalmente sincero. Yo no estoy muy de acuerdo en que eso sea cierto, pero si te pones a hablar con las palmas hacia arriba puede dar la impresión de que lo estás entregando todo. Puede parecer que no tienes nada que ocultar.

Con los dibujos que hace mi hija para mí, siempre pienso que ella me quiere tanto, que me lo entrega todo. Su manera de decírmelo es mostrándome sus palmas. No sé, igual es una paranoia mía, pero a mí me gusta pensar de esa manera. Ese sentimiento me hace grande.

Supongo que todos los que tenéis hijos lo debéis sentir. En realidad, todo el mundo, en algún momento de su vida se siente así, ya sea por la felicidad de un hijo o por cualquier otra cosa.

Como dije al principio de mi texto, no tengo un tema concreto del que hablar. Por eso, os he querido mostrar los dibujos de mi hija… Y pienso que no hay mejor tema que hablar de mi pequeño tesoro.

Bueno, espero que no se os haga corto este artículo. Si os quedáis con ganas, el siguiente ya lo haré mas largo. Me despido de vosotros con un hasta luego, ¡compis!

DUE


viernes, agosto 31, 2007

Odio Amarte

Amor: afecto por el cual busca el animo el bien verdadero o imaginado, y apetece gozarlo. Pasión que atrae a un sexo hacia otra persona. Esmero con que se trabaja una obra deleitándose en ella.

Odio: antipatía y aversión hacia alguna cosa o persona cuyo mal se desea.

¿Quién no ha sentido, alguna vez en la vida, alguno de estos dos sentimientos? Posiblemente los hayáis experimentado por separado, pero seguro que en alguna ocasión… Esos dos sentimientos tan opuestos entre sí, en un momento dado los podemos sentir entrelazados, y hacia una misma persona. Pero bueno…, empecemos hablando de amor.

¡El amor tiene infinitas caras! Yo siento amor por mi hija y por mis amigos más próximos, pero son distintos.

Por mi hija siento un amor tan grande, que daría la vida por ella sin pensarlo ni un segundo. Eso es porque la quiero tanto, que si ella no está bien, yo no estoy bien. Sé que la quiero porque cuando la llamo y hablo con ella siento una alegría que con ninguna otra persona he llegado a sentir. Cuando tengo un vis a vis con ella, ¡me cambia hasta la cara! Me pongo a jugar con ella como si tuviera su edad. Sé que hay mucha gente que lo hace siempre que hay un niño, pero yo nunca lo había hecho. Por eso, el hacerlo con mi niña, es algo nuevo para mí, y me gusta mucho. Sé que la amo porque solo con mirarla me da fuerzas para continuar en este sitio tan sombrío y triste. Sé que la quiero porque cuando veo algo en la tele, ya sea una película para niños, juguetes, parques de atracciones… cualquier cosa, me hace pensar en ella. Por eso, y por muchas más cosas, sé que la quiero.

También aprecio mucho a algunos de mis colegas. Son pocos, pero a esos pocos, los quiero mucho. Me preocupo por ellos. Si algo les va mal, intento ayudarles como sea. Cuando vienen a verme, me alegran el día. Esa es la diferencia entre mis amigos de verdad y otros amigos que alguna vez han venido a verme y no me importan tanto.

Yo suelo separar la amistad entre amigos y amigas. A un amigo lo puedo querer mucho, pero cuando es chica el trato hacía ella es distinto: ¡le demuestro más el cariño que siento! Antes tenía bastantes amigas, ya que les doy más oportunidades de conocerme. Hoy en día no tengo tantas amigas, pero tengo una a la que aprecio mucho porque desde que estoy aquí se ha comportado muy bien conmigo. Se ha portado mejor que muchos/as colegas que decían ser “amigos”. La verdad es que cuando estaba fuera, no tenía tanta confianza con esta amiga, pero ahora haría todo lo que estuviera en mis manos para ayudarla si le hiciera falta. Por eso sé que siento afecto por algunos de mis amigos.

Luego está la confusión… A veces tienes una amiga a la que quieres mucho y sabes que ella también te aprecia un montón. Con ella, seguro que compartes casi todos tus problemas y ella también lo hace contigo, siempre que está mal.

Lo que pasa, que sin darte cuenta te acabas enamorando. Hay muchos casos distintos. Puede ser que ella se enamore de ti, o los dos os enamoréis,… Yo del que quiero hablar es de cuando tú te enamoras y ella no lo sabe. Eso pasa por no aclarar las cosas, porque ella te trata tan bien, que tú crees que le gustas. Tal vez, sólo lo hace porque le importas mucho como amigo. Si desde el principio las cosas hubieran estado claras, eso no habría pasado. Tampoco es culpa de ella, ya que no lo hace queriendo. Somos los chicos los que siempre confundimos amistad con amor. ¡Al menos, eso pienso yo! Aunque también puede ser al revés, pero supongo que lo disimulan mejor. No sé, quizá sólo sea un capricho, ya que es lo que tienes más cerca en los momentos difíciles. Sea lo que sea, en estas situaciones hay que tener mucho cuidado, porque no debes olvidar, que ante todo, esa persona es tu amiga/o.

El odio. La verdad es que odio tener que seguir las normas tal y como las dictan. Supuestamente, los que las hacen saben como hay que comportarse en todo momento.

Odio a las personas, que por el estatus social que representan, creen que son superiores al resto de la humanidad.

Odio cuando tienes un hermano mayor y cree que lo sabe todo porque él ya lo ha vivido. ¡Te da consejos como si fuera tu padre!

Odio cuando hablas con alguien y se forma ese silencio incómodo en el que ninguno de los dos sabe que decir. Esos momentos los odio. Podría estar diciendo muchas cosas de las que odio, pero…

Realmente, del odio que os quiero hablar es de ese que se suele mezclar con el amor. Alguna vez, sientes amor por alguien y sin darte cuenta, acabas odiándolo. No estoy muy seguro de la razón por la que ocurre eso, pero creo que debe haber más de una. Debe pasar porque la otra persona no te ama como tú la amas a ella. Así, poco a poco, le vas cogiendo manía. Pueden ser celos, puede ser que quieras hacerte el duro delante de ella… Haces ver que ya no te gusta, y eso es sólo el principio, ya que empiezas por ahí y acabas odiándola.

Se puede dar también el caso contrario. En algún momento de tu vida puedes conocer a alguien y que la primera impresión no sea nada buena. Ves que esa persona te empieza a caer mal, pero también te das cuenta, que poco a poco, empieza a caerte mejor. Piensa que hasta puede llegar a ser uno de tus mejores amigos/as.

Tengo algún amigo al que quiero mucho, pero al mismo tiempo odio alguna de sus manías. Esta situación es una en las que se mezclan esos dos sentimientos. ¿Cómo puede ser que lo aprecie tanto, y a la vez lo odie tanto? Digo lo de odiarlo tanto, porque esas manías suyas me dan mucha rabia. Seguramente, a otra persona que tuviera esas mismas manías, no se las aguantaría. ¡Pero a mi amigo, se las aguanto! Eso también me pasa con alguna amiga. Hago ver que sus manías no me molestan, y creo que en realidad, en estos casos, aún soporto más. ¡No sé, será porque es mujer!

No sé, es raro esto de que se mezclen los dos sentimientos hacía una misma persona.

Espero que vosotros me digáis lo que pensáis y me escribáis anécdotas parecidas. A mí, se me hace complicado hablar de esto, y la verdad que no sé porqué… Espero que os haya gustado este nuevo artículo dedicado al amor y al odio que sentimos las personas hacía otras personas. Volveré a estar un tiempecillo sin escribir, porque el Omnia cierra por vacaciones. Así es que no podré ver vuestros comentarios hasta que el Òmnia abra.

Cuidaros mucho y hasta la próxima.

DUE